sus mágicos
vuelos las alfombras
los amantes
olvidaron la cita
los niños que se
atrevieron a mirar
comprendieron
que esas luces
que surcaban el cielo
no eran estrellas fugaces que cumplen deseos
las madres
intentaron en vano mantener
un gesto cotidiano.
Esta noche en Bagdad, Shereezade
interrumpió su relato.
Esta noche en Bagdad, Shereezade
interrumpió su relato.
20 de marzo de 2003
Intermitente gotea el lila
y reverbera en
viola desde la vereda.
Es un haz
intenso el que atravieso.
¿Quién mira este
escenario donde juego
mi breve paso de comedia?
Es octubre azul
en Rosario y puedo verlo.
Para Silvia y
Silvio Benedetto
Teatro
negli appartamenti
Cómplice en la
mirada
Lavinia, la
llave que abre
de Caronte el juego.
Al tacto el
descenso
la caja de
música, el conejo , los relojes.
sostienen el edificio
que habitamos
el arte que
cruza y tiende sus pinceles
la vuelta al
origen
al alimento, il
cibo
la pasta
la noche romana
de cúpulas
iluminada
epifánica.
Antonia Taleti.
(Rosario, Argentina). Profesora en Letras (U.N.R.).Miembro fundador del grupo
de gestión cultural “Cuando el río suena”. Coordina talleres de lectura y
escritura .
Participó en
ciclos de lectura, en el Festival
Internacional de Poesía de Rosario (2007), en la Semana de Las Letras y
La Lectura (2011) y en el Festival Internacional de Literatura de Milán (2013).
Ha publicado
ensayos, narrativa y poesía:
Itinerarios de lectura. La narrativa de María
Elvira Sagarzazu. (En colaboración). Laborde Editor, 2003, Rosario.
La voz que nunca
alcanzo (2004). Editorial Ciudad Gótica. Rosario.
Río de paso
(2007) Editorial Nuevo Hacer. Buenos Aires.
Cómplice en la
Mirada. (2014) Ediciones El Mono Armado. Bs.As.
Antologías: Un
lugar de Escritura Nro.16 (2006) Gea. Buenos Aires. Poetas del Tercer Mundo
(2008) Ciudad Gótica, Rosario. Italiani D´altrove. Rayuela Edizioni (2010)
Milano. Italia. Cuando el río suena. (2012)Editorial Vinciguerra, Bs.As.
cuerpo de catapulta en mí la ciénaga
suavísima de su tibieza
diríase que quema desde el temblor
diríase que bulle y bulle desde el brillo
de su sed
cuando abraza para que pulule el rizo
-no tengo otro lugar dónde quedarme
en el universo
y entreduermo en su costilla perfumada-
soy consciente que he nacido
pero también soy consciente que he vuelto
a nacer
y que vuelvo a nacer
una y otra vez
cuando me arropa y minúsculo me expando
abracadabra del quejido su entrepierna que
alimenta
rescoldo donde se cuecen lentísimamente
los trozos del amor pepitas de oro en los
desiertos
que con sus yemas recoge una a una
insospechadamente:
ni siquiera sabía que por la sangre
andaban
a estas horas de la tardecita
como las tardecitas del pueblo que me hizo
candor
de lo que siempre regresa
tal vez hombre una de las maneras
-me arropaban las bufandas de las tías
como me arroparan sus voces
que aún siguen llamándome desde el fondo
de los patios
con los limoneros bailando entre las
torcacitas-
idas y venidas desde el vaivén de un vals
donde todo es un arco gran vara al viento
doblándose
blandamente
entre las caricias que siempre regresan
y este peculiar siseo enormemente dulce de
los cipreses de su cuerpo
que posa sobre mí como si nada
como si la belleza fuese un licor suyo
lavándolo todo por dentro
una mano asida a los huesos de la
hermosura
una mano asida a los huesos de la
hermosura
una mano asida a los huesos de la
hermosura
a Maria Elena Beccaria
cuando el candor comenzó a caminar
descalzo y desnudo
mientras las hojas del otoño se quemaban
para siempre
en el cordón de las veredas de un pueblo
ya lejano
María Elena elegía las miradas y los
gestos
que habrían de entibiar el deseo de los
años por venir
entre los tubos de ensayo y otros
cristales desconocidos
fichas de pacientes y jeringas y
frasquitos insospechados
en el laboratorio de Osvaldo construía con
naipes de seda
los puentes en su perfume cruzándome a
otras orillas
pasaron 40 años de esa dulzura que se
sostiene
te habré llamado seguramente a lo largo de
todo este tiempo
en el susurro de otras mujeres y de otras
miradas
para que acudas a sol de las 2 en punto
del silencio
para que quites los velos de aquella vez
una vez más
te habré llamado acunando la memoria que
te traiga
flaquita como siempre en el medio de la
luz de alguna tarde buena
cargando con el peso que nosotros
inventamos tibiamente
sobre tus hombros huesudos en el aroma de
las flores de la plaza
ahora mismo te nombro mientras miro el río
desde el ventanal
mientras miro pasar los autos y las motos
y la gente ajena y distante
ahora mismo te nombro despacito en el ojo
de miel que me diste
para que husmeara cada tanto lo imborrable
pasaron 40 años de esa dulzura que se
sostiene
te guardé en una foto que conservo
y en la marca de agua que la tibieza le
imprimió a mi vida
chiquita y flaca y tan poquito para tanto
¿habrás tenido hijos?
¿habrás tenido amores?
¿habrás urdido en otros gestos la belleza
endulzándolo todo?
seguramente si camino por las calles de
aquel pueblo ya lejano
vendrías al encuentro sin que tenga la
necesidad de llamarte
sabrías de mis pasos en los sonidos de un
Marzo sin fin
en las huellas del humo que se diluye
permaneciendo pese a todo
ya lo sé
ya lo sé
ya lo sé
hoy lo supe
me recuesto en estas palabras al sol de
las 2 en punto:
Osvaldo pone en marcha el 404 y nos
alejamos por última vez
miro por sobre mi hombro y me saludás y te
reís
entonces le digo a Osvaldo que pare
me bajo y corro toda esa cuadra que nos
separa
y te abrazo para que nunca me abandones
María Elena
El Viajador (Patricio Raffo /
sudeste42@hotmail.com)
UNO
Cada Diciembre vuelven los jazmines y con
los jazmines vuelve mi padre. Una vez más como cada vez. Una vez más, vuelve mi
padre, desde todas las viejas rutas de andar recorriéndolo todo. Mi padre que
vuelve, mi padre volviendo, mi padre en cada Diciembre como cada vez, pero
encaramado al imbatible aroma de los primeros jazmines del verano.
DOS
Mi padre era un viajador. Me parece verlo.
Me parece ver a mi padre recorriendo pilas y pilas de rutas machucadas por los
años y por el tránsito de los camiones de carga. Me parece verlo recorriendo
esas rutas, vaya uno a saber desde dónde hasta dónde, desde qué pueblito hasta
qué pueblito, esquivando pozos, parando en las banquinas cada tanto o tomando
algún cafecito en los boliches que iba encontrando a los costados del asfalto.
También me parece verlo, a los saltos, por cientos y cientos de caminos de
tierra, piloteando aquel DKW rural bordó: ese del motor dos tiempos y que
funcionaba con mezcla de aceite y nafta como las motos. Sí, me parece ver a mi
padre por esos caminos de tierra. Me parece ver a mi padre piloteando aquel DKW
a los saltos y levantando infinitas palomas de polvo en esos guadales que se
forman en las sequías de los calores. También puedo descubrirlo en las montañas
del norte o en las fantásticas y tupidas selvas de Salta o en la impactante y
bella aridez de Jujuy. Lo veo metiendo pata en los enormes atardeceres de
Chilecito, esos de los rojísimos soles, que en esas horas manchan todo de rojo
sin compasión, y lo veo riendo junto a otros viajadores, contando anécdotas de
dudosa veracidad, en restaurantes que, seguramente, solo existen en la
memoria de los días que son parte del
olvido. Y, además, me parece ver a mi padre cargando su vieja valija de cuero,
esa que tenía el cobertor de tela gruesa de color marrón, con su muda de ropa,
con sus pastillas para el dolor de cabeza, con la maquinita de afeitar
desarmable, con una novelita de pesquisas o de gangsters y con esa opacada foto
de Lisandro de la Torre que tenía pegada en el interior de la tapa.
TRES
Siempre traía regalos. No de esos que
valen por su costo. Traía regalos de otro tipo, de esos que sólo él sabía
buscar para cada uno de nosotros. Los otros regalos, esos que nos daba con su
particular estilo de llegar siempre feliz, como si no le hubiesen pesado los
miles de kilómetros que traía encima, como si volver hubiese sido todo, todo lo
necesario para ser feliz. Recortes de cañas de azúcar de Tucumán, grisines
artesanales de San Francisco, dulce de frutillas de Coronda, o algunos
perfumitos de Paraguay cuando cruzaba la frontera. Mi padre inventaba regalos
para que los regalos fuesen insospechados. ¿Quién podría imaginar que una vez
iba a llegar con un cacho de banana en el baúl y el baúl atado con una
Nació en 1959 en Rosario (Argentina),
donde vive.
Colaborador del diario La Capital y desde 1993 redacta
contratapas para el suplemento Rosario 12
del diario Página 12.
Participante del Festival
Internacional de Poesía de Rosario como poeta invitado y coordinador (Ed.
1993 y 1998).
Integrante del staff de la
revista virtual Urbis tertium y
miembro del grupo integrado músico–literario Urbis tango.
Integrante de diversas
performances músico-literarias junto a la cantante Jimena Sánchez y al
bandoneonísta Carlos Quílici.
Coordinador del
ciclo literario Pensando en Rosario.
Año 1998.
Ha tomado clases
de actuación con Oscar Medina y Mirta Maurizi.
Como actor, ha
sido protagonista de cortometrajes y del largometraje Terminal dirigido por Claudio Perrín. Año 2007.
Ha sido integrante
del proyecto “Río Revuelto, leyendas del
Paraná”, miniserie para televisión dirigida por Claudio Perrin. Año 2009.
Jurado del
Concurso Internacional de poesía de Acebal. Año 2012.
Como realizador, ha
sido parte del staff de filmación de los documentales “Fiestas Populares” y
“Hip Hop” del Área de Cultura del Distrito
Oeste de la
Municipalidad de Rosario. Año 2012.
Y parte del staff
de filmación de clips sobre “Talleres de teatro, percusión y literatura” del
Área de Cultura del Distrito Oeste de la Municipalidad de Rosario. Año 2013.
Jurado del 7mo.
Certamen literario de poesía y. narrativa “Alberto Maritano” de la Sociedad
Argentina de Letras, Artes y Ciencias, filial San Genaro. Año 2013.
Integrante del grupo escénico de la performance
“Agua”, Premio Fondo Nacional de las Artes, a través de la curaduría, escritura
y lectura de textos, junto a Belén Wegelin y Carola Rondinella en danza,
Claudio Bergese en bandoneón y Ralf Seeber en fotografía. Año 2014.
Participante del I
Encuentro de Escritores de Babahoyo, presentado la ponencia “El aporte del
relato erótico al desarrollo literario”. Ecuador, año 2011.
Participante del
II Encuentro de Escritores de Puebloviejo, presentando la ponencia “El complejo
mundo de la invención literaria”. Ecuador, año 2014.
Director de la
revista “Universitarios”, órgano oficial de difusión de actividades del Club
Universitario de Rosario.
Publicaciones
PONENCIAS
DEL 1º y 2º ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ESCRITORES DE BABAHOYO (Ecuador). “El
aporte del relato erótico al desarrollo literario” (2011) y “El complejo mundo
de la invención literaria” (2014) (Ensayo). Rosario, Argentina. 2014.
90
AÑOS. Club Universitario de Rosario (Historia de la Institución). Ed. Club
Universitario de Rosario. Rosario, Argentina. 2014.
OTRO PASTO. Cinco poetas
rosarinos (Poesía).
Ed. Fundación Ross. Rosario, Argentina. 2007
DIOS HEMBRA (Poesía). Ed. Los
lanzallamas. Rosario, Argentina. 2003
RESTOS INEXPLICABLES (Prosa y poesía, con collage de Mario
Perone) Ed. Bajo la luna nueva. Rosario, Argentina. 2000.
Figura en las antologías
AVAT-JOUR (Poesía). Ed. Gatogrillé. Rosario,
Argentina. 2014.
20 AÑOS. Festival Internacional de Poesía
de Rosario. Ed. Espacio Santafesino. 2012.
CUENTOS BATIDOS. Fabricio Simeoni / Federico Tinivella.
Colaborador. Ed. Homo Sapiens. 2012.
CUENTOS SANTAFECINOS. Relato a cargo de Quique Pesoa. (Prosa /
formato CD) Ed. Secretaría de Comunicación Social, Ministerio de Gobierno y
Reforma del Estado, Ministerio de Innovación y Cultura del Gobierno de Santa
Fe, Argentina. 2010.
FIN ZONA URBANA (Poesía). Ed. Gatogrillé. Rosario, Argentina. 2010.
19 DE FONDO. Poéticas de la Construcción (Poesía). Ed. Gatogrillé. Rosario,
Argentina. 2008
TEXTURAS Escritores en
imagen. (Formato CD) Ed.
Área Literaria de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, Argentina. 2007.
LOS QUE SIGUEN Veintiún Poetas Rosarinos. Ed. Los
lanzallamas. Rosario, Argentina. 2002.
CAFÉ CON LETRAS (Poesía) Ed. Editorial Municipal de
Rosario. Argentina. 1997.
sudeste42@hotmail.com
El
ciego en el río
verano de 2011
“La lucidez es la herida más cercana al sol”.
René
Char
Fuimos
con mi hermana al río a que los chicos se bañen.
Me
quedé embobada sobre el terraplén
oyendo
gritar a un joven ciego
Tengan cuidado,
vengan más para acá
que
miraba hacia los ruidos de sus hermanos menores
peleándose
con agua y riendo.
Tiresias
era el lazarillo. El mediador sin vista.
Cerré los ojos y mastiqué
los gajos de la mandarina
persiguiendo entrar en el
olvido estético.
Anaranjadas chispas
líquidas bebí
pretendiendo quitar
transparencia a la situación.
Lidocaine
for the soul
Aun
en lo efímero hay permanencia
en
pastos fugitivos, en ese perro …apuradamente
felices.
El
relato construye los lugares.
También
el destino y el fracaso implican cierto esnobismo.
Este
sentimiento de temporal crónico
de
pisar botellas rotas
sin
encontrar narcótico que despeje el trasnoche.
Y
ahora que la casa está limpia y ordenada;
¿deberé
hacer algo por esto,
qué
bebería pensar?
Ansiamos como las guindas
el
derecho a la claridad.
Pero nada arde.
Labranzas
No
sólo blandos,
también
vinimos para ser traicionados,
para
endurecernos y aprender
que
así es.
La
debilidad viene de la naturaleza
a
ella nos debemos,
afortunados
son los derrotados
y
todas esas cosas.
Para
endurecernos y aprender
la
diferencia entre lo que cae
y lo que permanece
entre la víctima y la herramienta.
y lo que permanece
entre la víctima y la herramienta.
Pero
en la duda: Libertad.
María
Paula ALZUGARAY nació en Rosario donde vive y pasó su infancia en Coronda.
Es
Licenciada en Letras con posgrado en Comunicación Política.
En
2004 creó el Certamen Literario José Francisco Cagnin para la provincia de
Santa Fe. Recibió el Primer Premio en el Concurso de Poesía de la Universidad
Nacional de Rosario (2002). Condujo talleres literarios y micros radiales
dedicados a literatura hispanoamericana, dirigió la página de cultura de los
diarios y periódicos: La Gaceta de Cablehogar y La Razón de la Tribuna de
Rosario. Fue parte del staff de la revista literaria Viajeros de la
Underwood y jurado de concursos
internacionales de poesía.
De
2004 a 2008 Coordinó el Área Literaria en la Secretaría de Cultura y Educación
de la Municipalidad de Rosario desde donde dirigió la revista literaria Boga.
Colabora
con poemas, ensayos y reseñas de libros en suplementos culturales y las
revistas literarias: Mefisto (Colombia), Fábula (Logroño, España),
Lakúma-Pusáki/26 (Santiago, Chile), Baquiana (Miami, USA), Estacionpoetas
(Bogotá, Colombia), Espiral (México DF, México), Crónica Literaria de Comodoro
Rivadavia (Chubut); Cuna Revista de Cultura de Resistencia, (Chaco), Plebella,
Megafón y La Guacha (Buenos Aires) y En voz alta, Poesía de Rosario, El
Picaperro, Juglaria y Los Lanzallamas de Rosario, entre otras publicaciones.
Compiló,
editó y publicó las antologías bianuales de poetas rosarinos: Abat-jour
Antología poético-nocturna (2014); Fin zona urbana Poéticas sobre el campo
(2010), 19 de fondo Poéticas de la construcción (2008), Pulpa Antología
poético-gastronómica (2006) y Dodecaedro de poetas (2004).
En
2006 publicó El inquilinato de Don Genaro (sainete, en colaboración con Marta
Blanco) y en 2008 Lo albergado (poesía), en 2014 publicó Estampados haikus con
dibujos de María Zulema Amadei.
Figura
en las publicaciones: Antología de Autores Corondinos, Las 40 poetas
santafesinas 1922 – 1981, Los Poetas Interiores. Una muestra de la nueva poesía
argentina; Poemas. Selección del Concurso del III Congreso Internacional de la
Lengua Española; Luces y Sombras. Ministerio de Cultura de España; Poetas
Rosarinos, Los que Siguen y unas treinta antologías más.
Sus
trabajos se encuentran en los portales literarios; Sonidos de Rosario:
http:www.sonidosderosario.com.ar; Literatura de Rosario:
http//www.literaturaderosario.com.ar; Poéticas: http://www.poeticas.com.ar; Las
Elecciones Afectivas: http//www.laseleccionesafectivas.blogspot.com; Poesía de
Rosario: http//www.terra-austral.com.ar.html; Letralia:
http://www.letralia.com; Letras Uruguay: http:letras-uruguay.com
Leyó
sus textos en el antologías orales, en el Festival Paraná Poesía 2010, en
Letras de Medianoche y Noches de Poesía (La Plata), en el II Festival
Internacional de Poesía Grito de Mujer en Rosario, en el ciclo Arte por la Paz,
en el Encuentro Internacional de Poesía: Semana de las Letras y la Lectura, y
en el Festival Internacional de Poesía de Rosario (1997 y 1998).
Edita
libros y trabaja desde 2003 en la Municipalidad de Rosario.
Nuestros recuerdos en el tejido
de la escritura...
Recuerdo el oculto pero intenso
sonido del silencio.
Recuerdo el olor a aloe vera.
Recuerdo los limones cayendo del
árbol.
Recuerdo el pequeño barco pirata.
Recuerdo mi cambiante habitación.
Recuerdo a mi primo.
Y recuerdo que también era mi amigo.
Recuerdo la lectura de mi primer
libro.
Recuerdo la emoción de la batalla.
Recuerdo, y espero seguir
haciéndolo.
Nahuel Blando
“Mi infancia”
Recuerdo el sonido a la cortadora de césped
Recuerdo el aroma a flores del jardín.
Recuerdo a mi abuelo enseñándome a
patinar
Recuerdo aquellas tardes jugando con
las muñecas.
Recuerdo el rincón del cual nadie me
sacaba en mis momentos de enojo.
Recuerdo la alegría que sentía al
ver pasar a mi abuelo por casa.
Recuerdo a esa niña peleadora que me
acompañaba todas las tardes.
Recuerdo la primera vez que anduve
en bicicleta sin ruedas.
Recuerdo los nervios que sentí mi
primer día de clases.
Liza Allamprese
“Transcurso del tiempo”
Recuerdo el tintinar, lejano, de
esas campanas de bronce.
Brillantes, doradas, pulidas. En la
casa de “Ella”
Recuerdo su perfume, el aroma
inconfundible de su piel, su ropa, su cabello. El perfume de “Él”.
Recuerdo ese día soleado en que
caminamos juntos por el puente, para llegar al centro de atracción, con “Ellos”.
Recuerdo el nuevo juguete por mi
cumpleaños.
Pesca Magic. Pececitos plásticos que
abrían y cerraban la boca.
Los engranajes plásticos y una pila
que se acababa rápido.
Un imán en el centro. Cañas de
plástico diminutas.
“Eso” que me gustaba tanto, que atesoraba.
Recuerdo la terraza de la casa de mi
nona.
Desde donde podía verlo todo, y el
viento.
Que bailaba con mi pelo negro y me
daba libertad.
“Yo” y mi aislamiento, mi felicidad
momentánea.
Recuerdo las sonrisas a medias de mi
abuelo,
Al que le faltaban los dientes, pero
no le importaba.
Su barba, su tanque de oxígeno que
lo mantenía vivo.
Junto a su amor inquebrantable por
sus nietos y Rosario Central.
Sus Recuerdos en mi mente, la culpa.
30 de octubre. “Él” y su fuerza.
Recuerdo la mañana de gimnasia en la
primaria,
Cuando le dije “Tengo el pequeño
presentimiento,
De que vamos a ser grandes amigas” a
la chica de pelo largo y negro, que me sonrió sincera.
“Ella” y nuestra amistad. Recuerdo
la tarde después de mi clase de gimnasia,
Jueves 6 de junio, en la escuela que
me dio todo y me quitó todo.
Atrás del bar, su sonrisa, su pelo,
su sinceridad, su suavidad.
Los anhelados labios que deseaban
probar, el abrazo eterno,
“Mi” amor, “Él” una vez más, en
todo, siempre.
Recuerdo la ansiedad, mis labios
presionados por mis dientes firmes.
Un hecho perfecto, cálido, aunque
antes el frío me había consumido.
Y las manos juntas, la sonrisa
transparente,
Los mimos en el pelo, el calor de la
estufa y…
Y “Ese” momento, tan cálido como mi
corazón.
María
Luz Martínez
Recuerdo el retumbar de cada
cántico.
Recuerdo el olor del parque al
llegar.
Recuerdo cada persona tirando para
el mismo lado.
Recuerdo el objeto deseado, el que
todos quieren pero se aleja girando.
Recuerdo el living, donde pareciera
que el tiempo no pasa.
Recuerdo a mi papá, el que me acercó
a mi pasión.
Recuerdo a mi amigo, el que siempre
está a mi lado.
Recuerdo una movilización histórica.
Recuerdo llorar de felicidad por lo
que hicieron once personas.
Iván Rodríguez
Recuerdo el ensordecedor silencio
del campo
Recuerdo cómo se inundaba la casa
del aroma al pan recién hecho.
Recuerdo vestirme corriendo antes de
salir para la escuela.
Recuerdo ese taller de herramientas,
que me acompañó tantas tardes.
Recuerdo el ventanal de la escalera,
la puerta de mis sueños.
Recuerdo las tardes jugando a las
cartas con mi abuela.
Recuerdo los infinitos días en la
primaria.
Recuerdo las piernas raspadas contra
el concreto mientras aprendía a andar en bici.
Recuerdo la tristeza de irme, de
dejar atrás una esplendorosa niñez.
Pero también recuerdo la alegría de
cambiar a otra vida en el Poli.
Benjamín Pisaroni
Recuerdo el silencio a la hora de la
siesta.
Recuerdo los aromas que viajaban
desde la cocina hasta llenar cada rincón de la casa.
Recuerdo a los grandes jugando a las
cartas, mis ganas de aprender.
Recuerdo esa caja de maderitas, como
se transformaba en todo aquello que pudiera imaginar.
Recuerdo esa escalera caracol, lugar
más peligroso en el mundo.
Recuerdo cómo eran, un día aliados,
otro enemigos, algunos suelen llamarlos primos.
Recuerdo que hasta el más adulto se
transformaba en un amigo con quien jugar.
Recuerdo las cajas, las valijas, un
camión que se llevaba todo.
Recuerdo, cada vez que paso frente a
esa casa, lo que es la nostalgia.
Julia Batallán
“Mi abuelo”
Recuerdo la voz de mi papá.
Recuerdo el perfume de las rosas.
Recuerdo el dolor infinito en mi alma.
Recuerdo los peluches de mi hermana
Recuerdo mi habitación en penumbras
Recuerdo el llanto desconsolado de
mi abuela.
Recuerdo a Carmen y su llamado
Recuerdo hacer rosas de papel.
Te recuerdo a ti y a tu amor.
Delfina López Zamudio
“La infancia”
Recuerdo el sonido del mar por la mañana.
Recuerdo el dulce aroma de la sandía.
Recuerdo la triste despedida.
Recuerdo el muñeco irrompible.
Recuerdo un lindo día de verano en la pileta.
Recuerdo las charlas con mi abuelo.
Recuerdo a ese amigo inseparable.
Recuerdo los juegos en las calles del barrio.
Recuerdo la felicidad que me producía un número.
Recuerdos y memorias.
Son las que me hacen sonreír.
Con tan sólo recordar.
Félix Solis
Recuerdo el ruidoso sapucai.
Recuerdo el perfume a cigarrillo que llevaba mi abuelo.
Recuerdo los días de carnavalito.
Recuerdo las mangueras y bombuchas.
Recuerdo el patio mojado.
Recuerdo a mi abuelo enojado.
Recuerdo a mi primo escondido.
Recuerdo los vidrios rotos.
Recuerdo el miedo de mandarse una macana
Iván Gruboy
“Hermosos Recuerdos”
Hermosos los sonidos del canto de
los pájaros
Hermoso el aroma a árboles
centenarios.
Hermosos los momentos en la cabaña,
en el mar y el bosque.
Hermosos los juguetes en la arena.
Hermosa la habitación con el primer
rayo de luz.
Hermosa mi familia sin
preocupaciones.
Hermoso conocer amigos nuevos.
Hermosas las risas y sonrisas de
cada día.
Hermosa la sensación de sentir que
estás en otro mundo.
Julieta Cairoli
Recuerdo el grito desesperado de
ayuda esa triste mañana.
Recuerdo el olor a asado que
indicaba otra tarde en familia.
Recuerdo hacerle la nebulización a
un bebé idéntico a mí.
Recuerdo ese oso de peluche inmenso,
compañero de mi infancia.
Recuerdo la casita del árbol,
santuario de tardes inolvidables.
Recuerdo a mi abuelo Julio, al que
le tiraba su bigote blanco.
Las recuerdo a ellas, desde el
primer día que nos conocimos hasta ahora.
Recuerdo el intercambio de sonrisas
con aquel desconocido.
Recuerdo esa tristeza al pensar que
podía ya haber vivido mi último minuto con él.
Agustina Graziola
Recuerdo el ruido del tren en la
estación.
Recuerdo el perfume de mi papá, que
usa día a día
Recuerdo cuando Argentina llegó a la
final.
Recuerdo mis juguetes, que me
acompañaron en la infancia.
Recuerdo la casa de mi abuelo, donde
comimos tantos asados.
Recuerdo a mi abuela, que siempre se
esforzó para cuidarme.
Recuerdo a Nico, con el que pasamos tantos momentos.
Recuerdo las caminatas en el campo
con mis padres.
Recuerdo esa sensación, cuando supe
que entré al Poli.
Gastón Faup
Recuerdo el canto de los pájaros.
Recuerdo el olor a jazmín.
Recuerdo los momentos juntos.
Recuerdo los baldes y juguetes.
Recuerdo el pasillo mojado.
Recuerdo a mis dos hermanos.
Recuerdo mi infancia junto a ellos.
Recuerdo cada sensación junto a lo
más importante de mi presente.
Camila
Silvestri
Recuerdo el silencio a la hora de la
siesta.
Recuerdo el olor a pasto recién
cortado.
Recuerdo los partidos con amigos.
Recuerdo aquel autito rojo.
Recuerdo el patio en verano y mi
habitación en invierno.
Recuerdo la dulzura de mi abuela.
Recuerdo a aquel amigo con el que
viví momentos inolvidables.
Recuerdo a Costacurta, al Pato y a
Donnet.
Recuerdo esa sensación
indescriptible al visitar a mis abuelos
Juan Urquiza
Recuerdo el cantar de los pájaros
todas las mañanas
Recuerdo el dulce aroma de las rosas
en el jardín de mi abuela
Recuerdo la primera vez que vi a mis
hermanos.
Recuerdo ese pequeño dinosaurio que
se convertía en mi mejor amigo
Recuerdo la cochera, siempre fría y
húmeda
Recuerdo a mi mejor amigo y las
tardes en su casa
Recuerdo a mi tío que ya no está
conmigo.
Recuerdo cuando él se tuvo que ir
Recuerdo el vacío que provocó su
partida
Victoria Dalonso
“Mis recuerdos”
Recuerdo el sonido de la lluvia, del
río, de los mares.
Recuerdo el olor a pan casero.
Recuerdo estar parado sobre nubes de
Catamarca
Recuerdo mi primer bicicleta… y mi
primer accidente.
Recuerdo las tardes pensativas en el
techo bajo lluvia.
Recuerdo a mi madre tan comprensiva
y paciente
Recuerdo a mi hermano del corazón,
que me apoya no importa lo que haga.
Recuerdo el viaje al océano y la
primera vez que me tumbó una ola.
Iván Toledo
Recuerdo los gritos de aviso.
Recuerdo el aroma del río.
Recuerdo cuando conocí la música.
Recuerdo los regalos ruidosos de mis
tíos.
Recuerdo a mi prima con nuestras
bromas.
Recuerdo una amistad única, era como
un hermano.
Recuerdo muchos cumpleaños viajando.
Recuerdo la sensación de vacío.
Luego de un ruido espantoso.
Sebastián
Nieto
Recuerdo la música del barrio.
Recuerdo el perfume del jardín.
Recuerdo las fiestas en familia.
Recuerdo mis muñecos hechos cuentos.
Recuerdo la vereda de los domingos.
Recuerdo a mi padrino enseñándome lo
simple
Recuerdo a mi primer amigo Facundo
Recuerdo la muerte de mi padrino.
Recuerdo mi impotencia al reaccionar
en el mundo.
Lisandro Cofre
Recuerdo el sonido de las pelotas en
aquel torneo.
Recuerdo el aroma de su perfume ese
día.
Recuerdo los días que lo veía.
Recuerdo el osito de peluche que
tenía su nombre.
Recuerdo el living en donde yo le
sonreía.
Recuerdo a mi hermana escuchándome
hablar de él.
Recuerdo a Bruno ayudando para que
nos encontremos.
Recuerdo el día que lo besé.
Recuerdo la sensación de felicidad
el día en que nos encontramos.
Cada recuerdo me hace amarlo tanto.
Abril
Moine
Recuerdo el silencio del patio de mi
abuela
Recuerdo la primera vez que fui a la
cancha
Recuerdo ese enorme metegol, con el
que tanto jugaba
Recuerdo las terrazas, en las que
tantas horas pasaba.
Recuerdo la tranquilidad de mi
abuelo.
Recuerdo los partidos con amigos.
Recuerdo aquel 7 a 0
Recuerdo esa hermosa sensación de
poder salir campeón…
Gabino Gómez Grandoli
“Volver a Empezar”
Recuerdo el sonido de la batería.
Recuerdo el aroma a auto nuevo.
Recuerdo la llegada a la nueva casa.
Recuerdo los juguetes empacados.
Recuerdo el balcón y la ventana.
Recuerdo la familia de mi amigo.
Recuerdo la carcajada exagerada.
Recuerdo la lluvia incesable.
Recuerdo la felicidad de la llegada
Recuerdo nuestras melodiosas voces
al ritmo de la música.
Recuerdo el aroma de los postres,
que solíamos cocinar.
Recuerdo cuando componer canciones
era cosa de todos los días.
Recuerdo los divertidos juegos de
mesa, con los que tanto nos reíamos.
Recuerdo el living, testigo de todas
nuestras coreografías.
Recuerdo que nunca fueron amigos,
siempre fueron hermanas.
Recuerdo esos amigos, con los que
tantos momentos compartimos.
Recuerdo el día que juntas
terminamos una etapa de la vida.
Recuerdo que nuestra amistad aún
continúa.
Y una sonrisa adorna mi cara.
Micaela Siles
Recuerdo el sonido de pelotazos,
como balazos en las paredes.
Recuerdo el fresco aroma del aire,
montañas cordobesas, sensación inolvidable.
Recuerdo aquellos años, momentos,
tiempo, un viaje, recuerdos, amistades que van y vienen.
Recuerdo los simples y pequeños autos,
gigantes para mi mundo de fantasías
en el que los más pequeños se
vuelven gigantes en realidad.
Recuerdo mi antiguo hogar, el de mi
abuela,
donde los más hermosos recuerdos
perduran en mi corazón.
Recuerdo sensaciones, regalos,
caramelos y alegrías,
Que mi bisabuela traía y que con ella
se las llevó.
Recuerdo mi cumpleaños, siempre con
amigos.
Recuerdo esa cálida tarde en que me
entero, de que un nuevo familiar se aproxima, sensaciones y emociones recorren
mi cuerpo entero.
Recuerdo las cálidas frazadas que me
recubrían, en las frías noches de mi vieja casa.
Recuerdo lo que recuerdo, lo que
hice, y me pregunto ¿Por siempre recordaré?
Agustín Bernardi
Recuerdo el timbre que me liberaba.
Recuerdo el olor de la lasagna. Todos
juntos.
Recuerdo dormir en el auto de vuelta
a casa.
Recuerdo el robot que me asustaba.
Recuerdo tomar mates en el balcón.
Recuerdo a mis hermanas como si
fuesen mi madre.
Recuerdo al más leal de todos,
siempre.
Recuerdo el orgullo del Escolta.
Recuerdo la estufa que apaciguaba el
lúgubre invierno.
Recuerdo lo que recuerdo, y con eso
me alcanza.
Ignacio Espíndola
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